Hace un tiempo atrás, se promulgó la ley de talles, la misma se explica a continuación en un artículo de La Nación:
"El objeto de la ley es garantizar a quienes viven en Buenos Aires la existencia de un mínimo de ocho talles...". Así comienza la ley de talles, aprobada recientemente en la Legislatura porteña. La idea es que, en especial las adolescentes, puedan encontrar ropa a su medida en todas las marcas.
Los comerciantes que no garanticen este mínimo de ocho medidas deberán pagar importantes multas y hasta correrían el riesgo de clausura del negocio. Por otra parte, tendrán que colocar en cada prenda las etiquetas con especificaciones de medidas. La ley entrará en vigencia 180 días después de su reglamentación y publicación en el Boletín Oficial.
La norma, impulsada por el legislador Facundo Di Filippo (Coalición Cívica), obliga a fabricantes y comerciantes de indumentaria a disponer de un mínimo de ocho talles "correspondientes a todas las medidas corporales normalizadas del género y la franja etaria a la que se dediquen, excepto cuando se trate de productos discontinuos o en liquidación fuera de temporada, circunstancias que deben ser anunciadas al público."
Además, establece que se deberá poner a disposición del público copias de la Tabla de Medidas Corporales Normalizadas, que sigue la reglamentación implementada en Provincia de Buenos Aires, junto a carteles explicativos del listado.
Multas. En el caso de los establecimientos minoristas, se prevé una sanción de entre 3000 y 10.000 unidades fijas (de $1, en 2009); en el de los fabricantes, de entre 15.000 a 25.000 y en el caso de la reincidencia en los importadores, de entre 30.000 a 50.000.
Si bien a primera vista parece una medida importante para luchar contra la bulimia y la anorexia, esta ley tiene un costado polémico, ya que muchos comerciantes se quejan de que los talles más grandes no se venden y les ocasiona un verdadero problema económico. Asimismo, se genera la sospecha de que la idea de fondo es que los inspectores puedan recaudar más dinero.
"Nosotros respetamos las leyes y nos parece importante que quieran solucionar el tema de la salud de las adolescentes, pero sinceramente creemos que el problema debería atacarse desde otro lado -explica Emiliano Fita, presidente de la firma Wanama-. Tiene que ver más con la educación, con el control de los padres..."
De todas maneras, él opina que si la ley está bien manejada no va a perjudicar a nadie y agrega que en Wanama se venden bien los talles grandes. Aunque, por otro lado, no deja de reconocer que siempre suelen sobrar los números más extremos, pero que los terminan vendiendo en los outlets.
Para Oscar Pérez Larumbe, presidente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), el problema de fondo no se soluciona con esta ley. "Todavía no pudimos leer la resolución final, pero lo primero que necesitamos para hacer una norma de este tipo es un estudio antropométrico que nos permita saber cómo es la población argentina."
Según el presidente de la CIAI, "de esa forma el fabricante sabe lo que tiene que fabricar y el comerciante, lo que tiene que comprar. No estamos de acuerdo en que nos digan con parámetros inciertos qué es lo que tenemos que fabricar". Para decirlo de otra forma, en la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria están convencidos de que tiene que haber una ley a nivel nacional y también están de acuerdo con la normalización de ésta (es decir, que se unifiquen criterios), pero no con la regulación (que les impongan lo que tienen que vender).
También se pueden encontrar varios sitios en internet para divulgar y apoyar la ley:
http://es-es.facebook.com/pages/Para-que-se-cumpla-con-la-Ley-de-Talles-en-Argentina/190852727611835